RESEÑA: THE HANDMAID'S TALE, MARGARET ATWOOD

El Cuento de la Criada (The Handmaid's Tale, en inglés, el idioma en el que lo leí) es una distopía extraña. Tanto a nivel narrativo como argumental.
Siempre he pensado que las distopías son tan interesantes porque nos muestran que el ser humano viene siempre acompañado de un aura destructora. Lo que funciona lo descompone. Lo que es bueno puede volverse malo. Lo que es positivo puede terminar siendo negativo. En esta novela de poco más de 300 páginas todo está lleno de absurdos. Y se vuelve todavía peor cuando consideramos que Atwood considera su historia ficción especulativa. Pero es que incluso consciente de que la lectura es ficción (de cualquier clase) Atwood no construye sobre una base sólida y creíble, no justifica nada y cuando lo hace queda debiendo solidez y estructura, tanto a nivel contextual como a nivel de psique de personajes.
Hablando de estructura, la de este libro es rarísima. La autora desconoce totalmente los signos de puntuación, tampoco diferencia gráficamente el diálogo de un personaje del otro, ni siquiera el de la protagonista. Y más allá del propio estilo de su pluma, la estructura del argumento es muy difícil. Se fragmenta en el momento actual (dentro de la historia), flashbacks, casi flashbacks y momentos de reflexión que la protagonista puede permitirse de noche, los únicos bien diferenciados pero que también hacen uso de flashbacks no bien delimitados. Es entendible, al final del día, pero innecesariamente difícil y, si consideramos que Atwood utiliza estos recursos con fines artísticos, resulta burdo y demasiado literal como propuesta, poco elegante, por ponerle un calificativo.
The Handmaid's Tale es una historia sobre un futuro alternativo en el que las mujeres están completamente dominadas por los hombres en una civilización post-EUA, que convive con la civilización como sería en un país occidental moderno y desarrollado, y que muestra muy claramente y sin tapujos fanatismo religioso. Las mujeres, divididas en "clases sociales" de acuerdo al rol que desempeñan dentro de esta nueva civilización, se utilizan como criadas, esposas o como úteros andantes sin opinión, ni voz, ni voto.

Disponible en México

Aunque la autora explica brevemente y sin mucho estilo ni profundidad cómo es que se llegó a este contexto, ignora el verdadero potencial de su propia creación para centrarse en una especie de historia forzada que sataniza hasta el ridículo al sexo masculino sin ninguna otra justificación que la propia necesidad de la historia, sin ningún análisis ni contraste a través de personajes. Si las mujeres son personajes planos, los hombres sencillamente no existen como tales. Bien podrían ser llamados alienígenas, perros o caballos, para fines prácticos da igual, así de unidimensionales son. Los hombre están en la historia para llenar un lugar en el escenario, nada más. Y este patrón de potencial-que-nunca-se-ejecuta se repite durante todo el libro. Atwood abre muchísimos arcos argumentales y no cierra, literalmente, ninguno. Sabemos tan poco de los personajes al inicio como sabemos al final. Me gustaría explicar un poco la trama, pero realmente no existe una trama. Los personajes deambulan por el contexto sin apenas interactuar con él. aceptando fatídicamente su destino.
Hay algo que tengo que reconocer de esta novela, es verdad. Y es que los momentos en los que brilla es cuando no es una novela sino un texto sin argumento que logra sintetizar perfectamente la visión de las mujeres en una civilización que a veces les resulta hostil, y no hablo del contexto del libro, sino de la actualidad. Atwood efectivamente aporta fragmentos, pequeñas frases que logran forzar la empatía hacia algo que se desconoce siendo varón. Pero leer 300 páginas de nada argumentalmente interesante pero sí de muchos, muchos símiles, por esas dos o tres poderosas frases resulta algo desafiante; que acepte el reto quien este dispuesto a cumplirlo.
Hay algo más que me gustaría escribir y, aunque este libro se escribió alrededor de los 80s, cae en el error que considero que presentan todas las nuevas distopías: una distopía no es interesante por su contexto, no es interesante el estado del mundo de la distopía, es interesante por su desarrollo. Porque es ese desarrollo el que nos muestra que en una visión retorcida pero bienintencionada el estado del mundo distópico tiene sentido. Lo relevante del género es que muestra cómo elementos lógicos pueden terminar en contextos ilógicos desde nuestra comodidad pero perturbadoramente lógicos si seguimos la reflexión interna que lleva a la historia contada a ese momento. Una distopía no es impresionante porque muestre una civilización violenta o ridículamente estricta, es impresionante porque muestra el camino lógico que lleva a ese punto y es ese camino lógico el que tiene sentido y que nos aterroriza precisamente porque lo tiene.

The Handmaid's Tale - Calificación


goodreads.com


The Handmaid's Tale es una novela con una buena premisa y con un buen contexto que no termina de explorar ninguno de los dos. El contexto es muchas veces apenas desarrollado y la premisa, conforme avanza el libro y como resultado de esa ausencia de desarrollo en el contexto, comienza a sentirse cada vez más y más forzada. Donde más brilla es en las pequeñas frases que resumen muy bien el sentir de las mujeres frente a esta sociedad, la real, a veces agresiva y que generan empatía en el lector independientemente de su sexo. Por lo demás, es un ejercicio de mucha imaginación que pierde sentido al carecer totalmente de... humanidad. 

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